Ariana llega a la estación de policías junto con Lucía; que está más nerviosa que una niña de 5 año en medio de 5,000 personas. Su cara está roja de tanto llorar.
Cuando entran a la estación todo está vacío, no hay absolutamente nadie; excepto un policía de unos 86 años que mastica el agua para luego tragársela, mientras se dirige hacia los chicas.
—Señor, ¿Dónde están los demás? —Pregunta Ariana muy apresurada.
—Se-gún es-cu-ché es-tán bus-can. —dice despacio por sílabas.
Las chicas salen, suben al vehículo que manejaba Nacho y no lo dejan terminar de hablar.
[...]
Los secuestradores llegan al lugar en donde mantendrán a Sophia.
Sebastián uno de los secuestradores baja a Sophía por el cabello y gritándole.
—Entra estúpida —dice muy irritado.
—¡Me estás lastimando! para; por favor —dice entre llantos.
La entra