Ella sacude la cabeza. “No, ya estoy lista”.

Me inclino hacia ella y la beso profundamente, tomándome mi tiempo para controlar mi ritmo cardíaco. Quiero asegurarme de que esta noche sea memorable por todas las razones correctas para mi pareja. Quiero que recuerde esta noche y sonría cada vez que piense en nuestra primera vez juntos.

Recorro su cuerpo con la mano, observando lentamente cada curva, cada zona sensible, cada lugar donde siente cosquillas. Empiezo a besarle el cuello y tengo que controlarme cuando noto que mis caninos empiezan a extenderse. Estoy impaciente por marcarla como mía.

Desciendo por su cuerpo, me meto un pezón en la boca y lo chupo mientras uso los dedos para tirar suavemente del otro. Se arquea en mi boca y la recorro con la lengua hasta que gime mi nombre. Paso al otro pezón y me lo meto en la boca, disfrutando de los sonidos que emite y del creciente aroma de su excitación. Tengo que saborearla.

Beso su vientre, me muevo entre sus muslos y tiro de uno de