Sebastián: mi lugar es estar con mi esposa. Eso lo tengo demasiado claro y será mejor que te acostumbres mientras que pase el tiempo que te pedí.
Isabel: nada más que nuestro matrimonio no es real. Ahora, necesito avanzar con mi trabajo para poder entrar a la reunión y debo irme.
Sebastián: así que eso es lo que piensas. Pero un día te demostrare que estas equivocada y te voy a estar esperando para que entremos a la sala de juntas.
Isabel: está bien, señor Hamilton. Además se perfectamente cumplir con mi trabajo y estaré a su lado unos minutos antes de que empiece.
Ella sale de la oficina de su jefe y se sienta en su escritorio. Nada más que Isabel no podía evitar sentir las miradas de sus compañeros de trabajo y así paso el tiempo para después llegar la hora de la reuni&