Sylvia no se aguantó y soltó una risita fría.
Al siguiente segundo, Odell la miró con desdén.
Sylvia apretó los labios.
Odell se acercó a Tara y la ayudó a levantarse del suelo. Tara se apoyó cómodamente en sus brazos y no la soltó.
Odell la había ayudado a levantarse, pero Tara seguía aferrada a él. Se lamentaba: "Odell, no quiero dejarte. No puedo vivir sin ti..."
Ella lloraba con la garganta seca.
Odell le acarició la espalda. Al ver que seguía llorando desconsoladamente, miró a Sylvia y le dijo: "Vete a casa primero. Iré a verte después de enviar a Tara de vuelta".
Sylvia los miró abrazados y se apretó los labios. Respondió con indiferencia: "Ve con ella. No hace falta que me busques". Después de eso, se dio la vuelta y caminó hacia la carretera.
Odell frunció el ceño y quiso perseguirla, pero Tara le sujetó la cintura con fuerza.
"Odell... No te vayas. Te lo ruego, no te vayas...", gritó con voz ronca.
Odell cerró los ojos y reprimió el enfado que le subía al corazón. "N