" Um, ¿pueden abrir paso?", preguntó Sylvia tentativamente.
Los hombres curvaron los labios y se rieron.
Si no fuera porque estaban temblando de frío, ella habría sentido miedo.
Preguntó: "¿Por qué me lo impiden?".
El hombre de pelo amarillo gruñó y tembló, diciendo: "El señor Price quiere verla".
'¿El señor Price?
'¿Es ese tipo que me arrastró a su habitación después de emborracharme anoche?'.
En ese momento, varios de los hombres retrocedieron unos pasos hacia un lado.
Entonces, un joven alto y en forma apareció bajo la farola.
Llevaba una larga chaqueta de cuero y un corte de pelo al rape. Su rostro broncíneo tenía rasgos atractivos y definidos, y había una clara cicatriz en el rabillo del ojo. A primera vista, su aspecto era bastante feroz. En resumen, parecía un gángster.
Se acercó a Sylvia con las manos en los bolsillos.
Sylvia se detuvo y preguntó: "¿Es usted el señor Price?".
Edmund la miró a los ojos claros y brillantes y sonrió, mirándola de arriba abajo. "Solo ha