Sherry se volvió hacia Caprice y le dijo:
—Caprice, espera un poco más, ¿de acuerdo? Una vez que lleguen los ingredientes, mamá te preparará algo delicioso.
Caprice asintió mientras disfrutaba de su merienda.
John, con tono burlón, levantó una ceja y preguntó:
—¿Sabes cocinar? Recordó aquella vez en el lugar que alquilaron, hace casi una década, cuando el intento de Sherry de cocinar casi terminó en un desastre. Desde entonces, John asumió las responsabilidades de cocinar cada vez que tenía tiempo.
Sherry lo fulminó con la mirada.
—Mantén la boca cerrada, ¿quieres? —Estaba dispuesta a echarlo si no lo hacía.
John, sintiendo su intensidad, frunció los labios y decidió no molestarla más.
Sonó el timbre y llegaron los ingredientes del supermercado que Sherry había pedido. Miró a John, quien captó la indirecta y abrió la puerta. Regresó con una bolsa de ingredientes para cocinar.
Sherry le ordenó:
—Ponlo en la cocina.
John obedeció. Después de completar la tarea,