Durante su estadía aquí, Sherry nunca antes había visto a esta mujer.
Cuando Sherry observó esta figura imponente, la mujer se acercó a la cabecera de la mesa y se presentó formalmente:
—Sra. Sherry, soy Emerence Foster. Soy el ama de llaves de esta sección y ayudo a Marlow a supervisar a todos. Puede llamar a Yo tía Emerence. Este es el nombre que todos usan.
Sherry reconoció:
—Ya veo. ¿Hay algo que necesites?
El rostro de Emerence se contorsionó en un profundo ceño fruncido, su comportamiento se volvió severo.
—¡Sal de la cama inmediatamente! ¡Nadie se sienta, y mucho menos se acuesta, cuando estoy hablando con ellos!
Aunque Sherry tenía la intención de obedecer, una extraña sensación pareció anclarla a la cama.
Con una sonrisa casual, explicó:
—Me disculpo. Me caí por las escaleras hace un rato, así que mi espalda y mi pierna aún se están curando. El médico me ha aconsejado que descanse lo más a menudo posible.
La mirada de Emerence se clavó en ella.
Sherry