Capítulo 101. Irá a la casa
En la finca, Adelaide se encuentra atareada limpiando su huerto. Desde que su esposo la destinó a ella y a su hija a este lugar, ella misma cosecha las verduras que utiliza para sus comidas y crían algunas gallinas que algunos de los campesinos les regalaron después de que se mudaron. Estas se han multiplicado para este tiempo y tienen carne, huevos y vegetales frescos todos los días. Gracias a Dios no les falta comida y, aunque la casa es pequeña, han vivido tranquilas y ella, dentro de todo, es feliz aquí.
Supo de la muerte de Lilith y Vítor. Algunas de las sirvientas que suelen pasar por allí dicen que fue el mismo Egil quien los mandó a su muerte por una traición que había descubierto, pero ni Mercedes ni Irene le han hablado de lo que pasó realmente. Ella, por su parte, prefirió no preguntar demasiado respecto a eso para no abrir heridas a la señora Irene, quien ha sufrido mucho por la muerte de su hija adoptiva.
De quién nunca más supo es de Petra, nadie en la hacienda sabe de