Dentro de la recámara Amme y yo nos sentamos cómodamente en la cama, era deliciosamente cómoda y olía a rosas.
-Emma...
¿Estás segura de que quieres hacer esto hermanita? Sé que lo hemos hablado mucho, pero, me preocupa que todo salga mal para ti.
Sé que ahora mismo Keller te trata muy bien...
-Amme. Quiero hacer esto, ya no quiero vivir sometida ni insultada por mis padres.
Sé que para ti es más digno irme contigo y que me resuelvas mis problemas, pero no me siento a gusto haciendo eso.
Prefiero dar a cambio algo para poder recibir.
Por eso acepté casarme con Keller y no te preocupes Amme, no dejaré que me lastime o haga daño, sé que me veo frágil y tonta y lo he sido muchas veces, pero esta vez no, porque cuando me case con Keller, sé que muchos ojos estarán puestos en mi esperando a que me equivoque para burlarse y no puedo darme ese lujo, tengo que portarme a la altura.
Me las arreglaré para hacerme respetar.
-Está bien Emma. Pero si te trata mal...
-Te lo diré, descuida.