— Es... no lo sé. Mi cuerpo se ve tan...
— Llamativo.
— ¡Exacto! Mira mis pechos.
— Los veo. — contestó él con una risita. — Los veo.
— Se ven algo como así, mira. — guarde aire en mis cachetes y se los mostré. Era la forma que tenían mis senos con aquel vestido.
— Son tus senos, no puedes sentir vergüenza de ellos.
— No es vergüenza de ellos. Solo no me gusta que los miren.
— Yo los estoy mirando. ¡Tú me lo pediste!
Se había parado de la butaca que esta