Ava caminó de un lado a otro pensando en lo que la madre de Björn le estaría diciendo, ¿Cómo es que se habían dejado llevar por el deseo? Se repitió una y otra vez esa pregunta. La puerta de la habitación se abrió y apareció Björn.
― ¿Estás lista? ―ella asintió rápidamente.
― ¿La señora Miller? ―él notó la preocupación.
―Mi madre está bien, tranquila…―hizo una pausa lanzando una mirada fugaz al reloj. ―Me cambiaré y nos vamos. ―Ava asintió, él se acercó hasta quedar frente a ella, se inclinó en dirección a su oído y susurró: ― ¿Te gustaron las bragas?
A ella se le escapó un jadeo, el calor del cuerpo de Björn la traspasó con calidez.
―S-Si, gracias. ―dijo un poco, agitada, luego se mordió el labio in