Capítulo 72
Mientras el rey dormía en sus brazos, Danika acariciaba su cabeza. A ella no le importaría quedarse por horas si eso le ayudaba a dormir bien. Él era un hombre que nunca dormía.

El tiempo pasó, su respiración forzosa se escuchaba en el aire. Sus brazos alrededor de ella se aflojaron, pero nunca se apartaron.

Su cabello era tan suave que quería seguir acariciándolo. Sin darse cuenta ella comenzó a tararear hasta que un sonido suave se unió a su respiración en el aire.

Ella deseaba que hubiera una manera de borrar los últimos quince años de su vida. De todas sus vidas. Pero, de nuevo, los deseos no siempre se hacían realidad, sino los mendigos tendrían lo que anhelaban.

De repente, la puerta se abrió de golpe y la Señora Vetta entró en el Dormitorio del Rey. Se detuvo de repente ante lo que vería, su boca abierta de la sorpresa.

Danika hizo una reverencia, pero no dejó de acariciar el cabello del Rey o de tararearle.

Vetta no podía creer lo que estaba viendo. El rey ten
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