El lunes por la mañana, al llegar a la casa de los Phers, Matilde y Benigno se encontraron con una conmoción. La señora estaba visiblemente alterada y hablaba con dos oficiales de policía en la cocina.
- ¡Aquí llegaron! Este es todo el personal de servicio que tenemos, oficial. El señor Benigno Ferreira, nuestro chofer y su hija Matilde, nuestra mucama. ¡Están con nosotros desde hace años!... Realmente me resisto a creer…
- Déjeme a mí, señora. Es solamente una cuestión de rutina. Señorita, supongo que es usted la que hace la limpieza de las habitaciones… ¿me equivoco?
-Sí, señor. Yo me ocupo de la casa.
- La señora Phers, durante el fin de semana, ha echado en falta una valiosa gargantilla… ¿usted sabe algo de eso, señorita Ferreira?
-¡Pero qué insinúa usted!