Apryl
- Señorita, sígame por favor.
La sigo sin hacer historia. Me lleva a un gran salón donde hay varios armarios cerrados. Abre uno para sacar varios conjuntos.
- Puede elegir entre esto.
Sé que no me corresponde, pero sepan que si necesitan hablar con alguien, estoy aquí para escucharles.
- Muchas gracias, Célestin. Espero que me muestre cómo atenderle bien, porque sería mi primera vez sirviendo a alguien.
- No se preocupe. Le voy a enseñar.
- Muchas gracias.
Me deja un momento sola para vestirme. Salgo a esperarlo frente a la puerta una vez que estoy lista. Y ya me llama para que vaya a llenar su copa.
Llego a su nivel, está sentado, con un vaso en la mano mientras las chicas están medio desnudas.
- ¿Puedo saber dónde estabas? ¿Por qué tardaste tanto? Tendré que enumerarte las tareas que te corresponden en esta casa.
- Querido, tu sirvienta es demasiado lenta. ¿Por qué la sigues manteniendo? Deberías despedirla.
- Lo sé, mi amor, su padre es un viejo amigo mío. Están en una situa