Sebastián.
Escucho como Anastasia se ríe, eso me da gusto pero esta vez lo hace más despacio y se sujeta el abdomen, creo que le segue doliendo. Escucho cómo entra alguien nos amamos, es Iván.
-Buenas tardes, cómo estás Anastasia.
-Estoy bien señor Iván gracias.
Ivan se sienta y Natacha le sirve la comida.
-Y dime cómo te fue Iván.
-Bueno tienen varios sospechosos pero nada confirmado padre, pero si tengo confirmado un pequeño detalle.
-¿Cuál hijo?
-Vamos a tener la visita de tus pequeños revoltosos.
Ya sé a quién se refiere, me recargo en la mesa.
-Pero están en servicio que no.
-Pues al parecer pidieron permiso para venir a ver a su padre y a su hermanito.
Doy un suspiro de cansancio, estos días serán un poco estresantes, no me lo tomen a mal me encanta tener a mis hijos aquí pero a veces son demasiado energéticos para mí.
-¿Cuándo llegan?
-En media hora.
-Es un chiste.
-No, no es un ch