**Catarina**
Miré el ordenador en ese momento con la única intención de comprobar la hora. Mediodía. Conté mentalmente hasta diez y antes de llegar al número ocho, la puerta de mi oficina se abrió, dando paso a alguien que realmente no quería ver en ese momento.
— Hola, cariño — El "intruso" dijo con entusiasmo — Traje nuestro almuerzo.
Suspiré exasperada mientras él colocaba algunas bolsas sobre la mesa auxiliar, ya organizando los lugares en la mesa, como ha estado haciendo desde hace días.
— Ya te pedí que no me trajeras el almuerzo, Bernardo — repetí lo mismo que había dicho otras veces — ¿Qué crees q