Ella suspiró con tristeza, pero rápidamente se dio unas palmadas en sus mejillas.
Vamos Débora no es hora de recordar el pasado, ahora debo concentrarme en alejarme de él – se regañó a sí misma.
Tras eso busco seguir con su trabajo y cuando dieron las 7 de la noche, ella apagó su ordenador y se c