Punto de Vista Vanessa
Al ver esa familiar figura surgió un espasmo en mi nariz y mis ojos se llenaron de lágrimas, mi quijada temblaba y el cuerpo lo sentía como gelatina, no entendía cómo podía permanecer parada y aún más cómo pude caminar hacia él. Había cambiado, pero en algún sentido era igual, era el mismo chico con el que había crecido, había jugado y había querido.
“Louis” su nombre salió de mi boca como susurrante briza entre árboles. Él terminó por acortar la distancia y pude ver en su cara la misma