Nina murmuró ‘de acuerdo’ y fue a la cocina a buscar comida. Después de eso, se cambió y salió a la calle.

Mary se quejó mientras limpiaba el dormitorio principal. El momento en que Arianne se acostó, se sintió increíblemente contenta. Solía ​​odiar dormir en esta cama, pero no esperaba haberse acostumbrado a ella.

Nadie supo cuánto tiempo había pasado cuando ruidos fuertes vinieron de la planta baja. Se oyó el ruido de la puerta al cerrarse y el chasquido de los tacones contra el suelo. Arianne se despertó, sintiendo su cabeza como un desastre. Infeliz, miró la hora y vio que eran las cuatro de la mañana...

No tenía que adivinar para saber que Nina había vuelto, aunque no es como si pudiera decir algo al respecto. Ni siquiera podía hacer una rabieta. Cubriéndose la cabeza, se volvió a dormir.

Se levantó a las diez de la mañana siguiente y Mary se quejó con ella una vez. “Nina regresó a las cuatro de la mañana y estaba tan borracha que vomitó por todos lados. La planta baja, la escaler