CAPÍTULO 9
—¡Ladrona! —gritaba Ximena, invadiendo mi habitación como su prepotencia
Ethan empezó a llorar al despertarse, asustado por los gritos de la mujer. Lo abracé de inmediato, intentando calmarlo, pero el escándalo lo ponía peor.
—¿Qué pasa aquí? —Isabel apareció en el marco de la puerta, con el rostro cansado. Al ver al niño alterado, le pidió a una sirvienta que lo llevara a otro cuarto mientras hablábamos, Me miró con seriedad—. ¿Qué está sucediendo?
Ximena agitó un joyero vacío frente a todos.
—Esta mujer robó mi pulsera. Seguro la tiene escondida en sus cosas.
—Eso no es cierto —respondí, la voz me temblaba, pero no bajé la mirada—. Es una trampa. ¿De verdad cree que sería tan tonta de esconderlo aquí?
La rabia me subía por dentro mientras las sirvientas comenzaban a registrar mis pertenencias. Mi corazón latía tan fuerte que apenas podía respirar. No era la pulsera lo que me asustaba, sino que en cualquier descuido encontraran algo que me relacionara con mi verdadero nom