No había forma de intervenir en una pelea entre especies no humanas siendo una humana que no tiene siquiera un dardo tranquilizante y menos, estando embarazada.
Antes había visto como peleaban y me quedaba tranquila sabiendo que no se iban a lastimar ferozmente, pero, ahora la mirada asesina de ambos, era para preocuparse y al estar cerca de la puerta, no había manera de que saliera a buscar ayuda.
En conclusión, estos hombres van a matarse — digo mentalmente.
— ¿No te habías ido, perro imbécil? — pregunta Seok Min y Curthwulf sonríe.
— Debía regresar por mi esposa.
— No te hagas el tonto, ya todos sabemos cómo Charlotte te desechó por ser tan poco. — dice Seok Min y eso, aunque no es cierto, me duele. Pareciera que fuera el ataque dirigido hacia mí.
— Deberían detenerse antes de que salgan heridos de gravedad. — murmuro
— No te metas en esto, esposa. — dicen los dos al unísono y yo me siento como si realmente tuviera dos esposos.
Vaya que dicen las mentiras de una manera que hasta q