Ahora se podía comprender por qué Pedro estuvo tan enojado ayer. Se podía imaginar que Rosendo ni decía quién iría a participar en la cita.
—Si la señorita Álvarez sabe que fuiste quien Rosendo quería presentar a Sandra, te dará una patada fuerte.
—Cierra la boca, Miguel —exclamó Juan, señalando su