La Historia de Benito Figueroa: El Torneo Escolar de Ajedrez
La Historia de Benito Figueroa: El Torneo Escolar de Ajedrez
Por: Ricardo Hernández
Acto 1: El comienzo de un gran sueño

Escena 1: En la biblioteca del Colegio.

Hernán: Benito, esta es la décima vez que me ganas una partida de ajedrez, es algo que me hace sentir mal, es más, no sirvo para jugar este juego.

Benito: No te preocupes amigo, de la derrota se aprende más que de la victoria. Ten en cuenta que has mejorado bastante estos últimos días, además, no quiero ir solo al comunal de ajedrez de nuestra ciudad.

Hernán: Lo siento, pero no voy a jugar con monstruos que me van a dejar en ridículo partida tras partida.

Fernanda: ¡Benito! ¡Hernán! miren hacia el frente.

Hernán: ¡Impresionante! Hay muchos niños mirando lo que ocurre ahí, vamos a ver.

Benito: Vale, vamos a ver que está ocurriendo.

Fernanda: Miren con atención chicos, en aquella mesa, el alumno nuevo está jugando al mismo nivel que el profe Arteaga.

Benito: ¡Impresionante! El nuevo va de blancas y le está jugando un Gambito de Dama y el profe jugando una Defensa Ortodoxa.

Fernanda: Como puedes entender tanto de ajedrez, no tengo ni la menor idea de lo que hablas.

Benito: Es fácil, se juega de la siguiente manera: 1. d4 d5, 2. c4 e6, 3. Cf3 Cf6, 4. Ab5 Ae7, 6 …

Hernán: ¡Benito!, Nosotros no entendemos nada de eso.

Profesor Arteaga: Queridos alumnos, una partida de ajedrez requiere de mucha concentración para poder jugar nuestras mejores jugadas, así que les pido por favor que se queden todos en silencio mientras jugamos esta partida.

Benito: Creo que lo eché a perder.

Fernanda: ¡Cierra la boca, Benito!

Hernán: Ya han transcurrido 10 minutos y el Profesor Arteaga ha ganado.

Profesor Arteaga: Gran partida querido alumno, por cierto, ¿Como te llamas?

Manuel: En el medio juego, perdí una pieza y un peón central, mi posición cayó sin apelativos. Por cierto, mi nombre es Manuel Andrade, tengo 12 años y me gusta jugar ajedrez.

Profesor Arteaga: Un gusto Manuel, por cierto, quiero presentarte a alguien que lleva mucho tiempo practicando ajedrez y ha sido imbatible en esta escuela. Por favor, Benito, ven para acá.

Benito: (Se acerca) Es un placer, Manuel, mi nombre es Benito Figueroa.

Manuel: Mucho gusto Benito, quisiera saber que tan bueno eres para el ajedrez.

Benito: Eso me huele a desafío, sin duda es algo que no me puedo resistir a aceptar.

Manuel: Juguemos, creo que cinco minutos son suficientes para derrotar a un niño.

Fernanda: Profesor, a todo esto, ¿Qué es el medio juego?

Profesor Arteaga: En clases creo haberlo explicado, pero como no siempre ponen atención, se los explicaré una vez más. La apertura es el momento en que ustedes desarrollan sus piezas y peones, además de poner en seguridad su rey y coordinar sus torres. El medio juego, ustedes ya comienzan a armar su plan de ataque, se intercambian piezas, se dan golpes tácticos. Finalmente, aunque suene redundante, el Final es ya cuando quedan pocas piezas o solo peones y en ese momento el rey se une a la batalla final.

Benito: Esa explicación está en la primera página de mi cuaderno de ajedrez.

Profesor Arteaga (suena el timbre): Bueno chicos, es hora de ir a sus salas de clases, ya terminó el recreo.

Benito, Hernán, Fernanda y Manuel: De acuerdo profesor.

Profesor Arteaga: ¡De prisa! (Una vez que los alumnos abandonaron la biblioteca.

Inspectora Agustina Henríquez: Profesor Marcelo Arteaga.

Profesor Arteaga: Puede llamarme Marcelo, Agustina.

Inspectora Agustina Henríquez: No hay problema, Marcelo. Por cierto, el profesor Juan Pablo Sáez, quien está a cargo del club de ajedrez de la ciudad, quiere verlo.

Profesor Arteaga, iré a la sala de profesores a atenderlo, ya que todos están en clases, lo atenderé ahí. Avísele, por favor.

Inspectora Agustina Henríquez: De acuerdo, Lo llevaré hasta allá.

Profesor Arteaga: Muchas gracias, Agustina.

Escena 2: En la sala de profesores.

Profesor Arteaga: Adelante, don Juan Pablo.

Juan Pablo Sáez: Buenos días don Marcelo, ¿Cómo está usted?

Profesor Arteaga: Buenos días don Juan Pablo, en estos momentos una parte de mi está preocupada y por otra me siento aliviado.

Juan Pablo Sáez: Es algo muy ambiguo de su parte, por cierto, cuénteme que le ocurre en este momento.

Profesor Arteaga: Lo que pasa es que jugué una partida con un alumno nuevo, y me costó bastante ganarle, por mi suerte aproveché un error suyo y me llevé la partida, pero me siento aliviado porque Benito ya no es mi única carta para el torneo comunal de Ajedrez de toda la ciudad.

Juan Pablo Sáez: Bueno, tendrá que practicar más, de lo contrario, sus niños se van a estancar.

Profesor Arteaga: Eso también es algo que me preocupa, lo que más quiero es que mis niños hagan un buen papel en el comunal, ya que desde que participamos en los torneos comunales, mi escuela ha sido la de peores resultados de toda la comuna, pero tengo dos elementos que van a dar que hablar en dicho gran evento, y este año cumplieron los 12 años, estoy seguro de que este año haremos un gran papel.

Juan Pablo Sáez: Eso espero, ya que son tres cupos al provincial por categoría, tres varones y tres damas sub-14, lo mismo en las sub-18. Recuerda que tienes dos meses para tener los nombres de quienes van a participar, así que le sugiero que hagas un torneo previo para escoger a tus tres mejores elementos, y los prepares muy bien, ya que los de la escuela Santa Clara y la Hispanoamericana tienen jugadores muy fuertes, ya que soy yo quien los entrena.

Profesor Arteaga: No subestime a mis alumnos, o le va a pesar en el Torneo, incluso estando usted como árbitro.

Juan Pablo Sáez: (Ríe) Sabes, yo tengo un Elo nacional de 1680 y 1700 FIDE, en cuanto a usted, con suerte apareces en el registro de jugadores de la Federación del país, si más no recuerdo, no tienes más de 1200 de Elo Nacional.

Profesor Arteaga: Recuerde que el Elo se utiliza para calcular la habilidad relativa del ajedrecista. Sin embargo, sus palabras me tienen sin cuidado, aunque si bien, tiene razón en cuanto a mi fuerza ajedrecística, eso no me hace mejor o peor maestro que usted. Espero que mis alumnos le hagan callar la boca el día del torneo.

Juan Pablo Sáez: Espero que me des una sorpresa, pero lo veo difícil. De todas maneras, prepararemos los juegos y que nuestros niños se diviertan en grande. A fin de cuentas, recuerde que los alumnos aprenden más de sus derrotas que de sus victorias. Así que aprenderán mucho los suyos durante el torneo.

Profesor Arteaga: Lo importante es que los niños se diviertan, además, no tengo interés de formar campeones mundiales, pero sí que disfruten del juego.

Juan Pablo Sáez: Bueno estimado, me retiro, es un placer verle y nos vemos en el Torneo Comunal.

Profesor Arteaga: Le deseo mucha suerte, y que ganen los mejores.

Juan Pablo Sáez: Nos vemos en el comunal.

Profesor Arteaga (Una vez que escucha el timbre del recreo) Será mejor que vaya a preparar mi clase, ya que es en el último bloque, no quiero que me sorprendan mal parado mis alumnos, aunque sé que debo explicarles del torneo.

Escena 3: Sala de Clases de Ajedrez.

Profesor Arteaga: Buenos días jóvenes.

Fernanda, Hernán, Manuel, Benito, Javier, Esmeralda, Iván: Buenos días, profesor.

Profesor Arteaga: Estimados alumnos, antes de comenzar la clase, tengo algo muy importante que contarles.

Fernanda: Tengo mucha curiosidad, quiero saber.

Javier: Como siempre, las mujeres son tan curiosas como los gatos, que quieren saberlo todo.

Esmeralda: Javier, tu comentario está fuera de lugar, ya que me parece machista y de mal gusto.

Iván: Como siempre, las mujeres son tan graves, un comentario es tan doloroso como una patada en el trasero, es más …

Profesor Arteaga: ¡Silencio! No es momento para discusiones tontas y ofensivas. Se comportan o no les doy el aviso y se quedan sin taller de ajedrez.

Manuel: Si nos quedamos sin clases de ajedrez, la culpa va a ser de ustedes cuatro.

Benito: Así es, les pido que se comporten

Fernanda: Ustedes parecen niños de 5 años peleando por un dulce.

Profesor Arteaga: Se comportan o los reportaré a todos a inspectoría.

Benito, Javier, Fernanda, Esmeralda, Iván, Javier, Manuel, Hernán: Todo menos eso, profesor.

Profesor Arteaga: Bueno, ¿Ahora sí puedo continuar?

Benito, Javier, Fernanda, Esmeralda, Iván, Javier, Manuel, Hernán: Si, profesor.

Profesor Arteaga: Así me gusta. En cuanto a lo que les voy a contar se trata de lo siguiente: Se realizará un torneo comunal de Ajedrez el 25 de mayo, se va a organizar el Torneo Comunal de Ajedrez organizado por el Instituto Nacional del Deporte en nuestra comuna.

Benito: ¡Yo quiero jugarlo!

Manuel: Benito, paciencia, yo quiero saber más acerca del torneo

Hernán: Lo mismo digo.

Profesor Arteaga: En cuanto a este torneo, se reunirán los tres mejores jugadores y jugadoras sub-14 de cada una de las ocho escuelas de nuestra comuna, en otras palabras, tres varones y tres damas serán seleccionados para representar a nuestra escuela.

Benito: Yo quiero jugarlo

Manuel: Yo también.

Fernanda: En el taller sólo somos la Esmeralda y yo por parte de las damas.

Profesor Arteaga: Justamente, de nuestra escuela jugarán ustedes dos, sin embargo, el torneo de nuestra escuela, al ser pocos los que van a jugar, todos los alumnos del taller participarán en un torneo único, en el cual clasificarán los tres primeros varones, las damas.

Esmeralda: ¿Tendremos que jugar contra los varones? Benito y Manuel nos van a dar una paliza.

Fernanda: Nosotras ya estamos clasificadas, pero daremos nuestro mejor esfuerzo.

Javier: Iván, debemos clasificar. Benito y Manuel no son invencibles.

Profesor Arteaga: En un mes más, será el torneo, será Round Robin, es decir, un sistema en que jugarán todos contra todos. Les deseo la mejor de las suertes a cada uno de ustedes.

Benito: Debo clasificar al torneo.

Manuel: Nuestro desafío quedará pendiente para el torneo, Benito.

Benito: Me parece muy bien, que gane el mejor.

Fernanda: Por mi parte, no tendré que entrenarme hasta que termine el torneo de nuestra escuela.

Esmeralda: De seguro nos va a ir bien.

Profesor Arteaga: Las damas tampoco se salvarán del entrenamiento.

Fernanda, Esmeralda: ¡Pero profesor! Falta mucho para el torneo de las escuelas.

Profesor Arteaga: Señoritas, ustedes no saben que tan fuertes son las damas que participarán del torneo de comunal, pues nuestro Colegio nunca ha hecho buenas presentaciones en los torneos, ya sea damas o varones.

Esmeralda: En ese caso mejor me retiro del taller.

Fernanda: No seas necia, Esmeralda. SI bien no somos tan buenas como Benito y Manuel, debemos esforzarnos más para poder ganar ese torneo.

Profesor Arteaga: Fernanda tiene razón, deben poner de su parte para intentar ganar o al menos estar entre las tres primeras damas para ir a la etapa provincial de estos torneos

Benito: ¿Qué hay de los varones?

Manuel: Eso me parece discriminatorio que solo las damas clasifiquen a una etapa más.

Profesor Arteaga: Pues existe una etapa provincial, en la que los 3 mejores de la comuna clasificarán a ella, ya sea damas y varones.

Benito: ¡Que impresionante! eso significa que podremos representar a nuestra escuela a nivel provincial.

Manuel: Claro, seremos conocidos en otras ciudades de nuestra provincia.

Profesor Arteaga: Existen más etapas, la regional y la Nacional. Pero quiero que se enfoquen paso a paso, es decir, primero una etapa y luego prepararemos la siguiente.

Hernán: Eso es maravilloso, pues me interesa participar en todas, pero Benito y Manuel son muy buenos (se siente triste).

Javier: No seas llorón, Hernán. Aunque tienes motivos, porque te dejaremos en ridículo. (Ríe a carcajadas)

Iván: Lo mismo digo, Yo también te masacraré sin piedad en el tablero, porque solo sabes quejarte de lo malo que eres.

Manuel: Yo seré campeón nacional, así que los dejaré en ridículo a todos.

Benito: Yo quiero ser Gran Maestro Internacional, y si es necesario, ganaré todas las etapas de los torneos.

Javier: Me dejas ganar a mí y a Iván, o te damos una golpiza.

Profesor Arteaga: Última vez que les escucho insultos, se calman o hablo con sus padres de esto.

Javier e Iván: ¡No, por favor! No diremos una sola palabra más.

Profesor Arteaga: A todo esto, les pido que pongan atención a todo lo que vamos a ver en clases, si quieren hacer un buen torneo. Así que daré comienzo a la clase y entrenen desde casa los ejercicios tácticos que les recomendaré a continuación.

Benito, Manuel, Hernán, Javier, Iván, Esmeralda, Fernanda: Si profesor, estamos a sus órdenes.

Escena 4: En la Casa de Benito.

Jimena: Están tocando la puerta, debe ser mi querido Benito. (va a abrir la puerta de entrada de la casa)

Cartero: Buenas tardes, señora Jimena.

Jimena: Buenas tardes señor cartero.

Cartero: Vengo a dejarle su correspondencia.

Jimena: Muchas gracias, señor.

Cartero: Que tenga un lindo día. Hasta la próxima.

Jimena: Hasta luego señor (Cierra la puerta y se va al living, luego se sienta y se pone a abrir cada una de las cartas). Cuentas por pagar, energía eléctrica, agua, internet, telefonía celular, en suma, lo mismo de siempre. ¡Dios mío! Al ver el estado de cuentas del banco, mi marido está sobregirado con más de dos millones de pesos. (Siente mucha rabia) ¡El muy sinvergüenza! ¡Espero que tenga una buena explicación para poner en riesgo nuestro presupuesto familiar! Un momento, Sentí tocar la puerta, debe ser mi hijo. (Se levanta del sofá del living y parte a la puerta de entrada de la casa y abre la puerta).

Benito: ¡Hola Mamá!

Jimena: Hola Benito.

Benito: Mamá, te noto molesta. ¿Sucede algo malo?

Jimena: No es nada importante, me gustaría que me cuentes como te fue en la escuela.

Benito: Madre, me fue estupendo, Primero, conocí un compañero nuevo que juega bien al ajedrez. Tendremos un torneo de ajedrez en la escuela en un mes más para decidir a los tres mejores jugadores que irán al Torneo Comunal de Ajedrez. Las clases del Profesor Arteaga están muy buenas.

Jimena: Me agrada que estés contento, pero no me has comentado sobre el resto de tus asignaturas.

Benito: ¡Mamá! Las clases de Lenguaje, Matemáticas, y todo lo demás son muy aburridas, los profes pasan más tiempo gritando en clases que de enseñarnos, y dice que nosotros no lo dejamos hacer clases.

Jimena: Hijo, no está bien que tus maestros griten, pero debe haber alguna razón por la que actúan así con ustedes.

Benito: Con el nuevo, la Fernanda, el Hernán y la Esmeralda conversamos en clases todo el día.

Jimena: Eso no está bien, hijo. Usted va al colegio a estudiar, no a hacer vida social.

Benito: ¡Pero mamá! El Javier con el Iván también se la pasan conversando y molestan a los profesores en la sala de clases.

Jimena: No me interesa como se comporte el resto de tus compañeros en la sala, me interesa que tú te sepas comportar y escuches a tus profesores. Mañana Iré a hablar con el director de esa escuela para que pongan orden en tu sala, de lo contrario, te cambiaré de escuela.

Benito: ¡Pero Mamá! No quiero separarme de mis amigos.

Jimena: ¡Nada de peros!, quiero que te comportes en tu sala de clases, o vas a tener problemas conmigo.

Benito: Lo intentaré, pero de verdad, me aburro en clases. Además, no entiendo lo que dicen mis profesores.

Jimena: Última vez que te lo digo. Si tienes malas calificaciones, no te dejaré participar en ningún torneo de ajedrez este año.

Benito: Bien me parece, tendré que obedecer.

Jimena: Así está mejor.

Benito: Iré a mi pieza a entrenar un rato, ya que quiero ganar esos torneos.

Jimena: Será mejor que te pongas a estudiar, si terminas tus tareas escolares, podrás entrenar ajedrez.

Benito: Si madre, estudiaré. (Benito se retira hacia su habitación).

Jimena: Así me parece.

Benito: Nos vemos, Madre.

Jimena: Que cólera siento. Tanto el padre como el hijo son unos irresponsables, el primero irresponsable con sus gastos y el segundo no quiere estudiar. Espero que algún día madure ese par. 

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