Cap. 26 En casa
Fortuna intentó hacerla sentir solo un poco mejor.

—Claro, de cierta manera, estaba muerta, sin memoria. Caminando descalza por los pueblos, hurgando en la basura para poder comer algo, teniendo miedo de todos a mi alrededor, ocultándome de los hombres atrevidos.

Vista las cosas, así se escuchaba cruel y despiadado todo. Elisa entonces intentó paliar el asunto:

—Y ahora estás aquí, amiga, viva, fuerte, viva.

—Rica —recalcó Fortuna.

—Sí, eso…

—Tienes que tomar en cuenta que hasta hace unos días no disponía de ningún tipo de comida y ahora soy una auténtica millonaria.

Elisa entonces sacó su móvil y le mostró:

—Este es Denis, mi hijo.

Fortuna lo vio asombrada:

—¡Es bonito! Hermoso, se parece al papá.

—Sí. Él es mi mundo y Alexis mi vida.

—Y considerar que es mi esposo, ¿Piensas que yo hubiera podido darle un hijo así de bonito?

Eso, incómodo a Elisa en demasía y le dijo:

—Fortuna, tú eres mi amiga y te quiero mucho, sé que esto es incómodo para las dos.

Fortuna le dijo ent
La Pluma

Ahora la dueña vuelve a su casa y a su esposo, Elisa qué harás.

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