Nikolay cerrĂł la puerta de la habitaciĂłn tras Ă©l, tomĂł nuevamente a Amaia reclamando su boca una vez más, no querĂa seguir alargando aquello, sabĂa que ella habĂa tenido malas experiencias, asĂ que le mostrarĂa lo placentera que podĂa ser su cama.
La escuchĂł gemir cuando presionĂł sus pechos con firmeza, y allĂ embelesada por sus besos comenzĂł a despojarla de su ropa, deslizando sus dedos por la enfebrecida piel, Amaia no le permitiĂł tomar gran ventaja, comenzĂł a desvestirlo buscando ansiosa sentir el roce piel a piel... nunca habĂa estado tan excitada.
Pronto ambos estuvieron desnudos, completamente expuestos. Nikolay interrumpiĂł el beso y se alejĂł para observar su cuerpo desnudo.
—Eres jodidamente perfecta— le dijo con sinceridad— cada curva en el lugar perfecto.
—A mi también me agrada lo que veo— dijo retribuyendo la sinceridad de su esposo. Un cuerpo grande y sexy. Se acercó a él y colocó las manos en su pecho, acariciando el León, luego descendió con lentitud hasta ap