Capítulo 14: Debería pedirme perdón de rodillas.
Él sabía bien que no podía decirle la verdad a Julia o creería que él se preocupaba por Aitana y esto sin duda la lastimaría más y no era lo que él deseaba.
Julia no se merecía sufrir por nada más y era su deber mantenerla feliz.
— No, no interrumpes nada, estoy aquí porque Bastian había estado llorando estos días por ver a esta esclava y no tuve más opción que complacerlo, pero decidí que estuviera bajo mi supervisión para asegurarme que ella cumpliera mis instrucciones. — Respondió Dominic finalmente tenso, pero con su voz llena de alienación al referirse a Aitana, diciendo una mentira disfrazada con una parte de verdad, tratando de calmar a Julia para que no llorara.
Aitana al escucharlo se llenó de amargura, ella había pensado que él finalmente había llegado a sentir un poco de piedad por ella y por eso había venido a verla y le había permitido ver a su hijo, pero una vez más se había equivocado.
Dominic seguía siendo frío y cruel con ella, ese que parecía disfrutar de lastim