[MATÍAS]
Me he quedado dos horas observándola mientras se quedo dormida luego de que regresáramos de la playa. Me dijo que estaba agotada, que necesitaba descansar; pero, jamás imagine que se quedaría dormida dos horas. Abre sus ojos lentamente y me mira algo desorientada.
—¿Qué hora es?— Pregunta confundida y mira el reloj que hay sobre la mesita de noche —¿¡Las ocho de la noche!?— Exclama preocupada, y se pone de pie rápidamente.
No digo nada, solo la miro hasta que se ve obligada a sostenerse del sofá y rápidamente camino hacia ella. —Cariño, ¿Qué sucede?— Pregunto y la sujeto de sus brazos y hago que se siente sobre la cama.
—Me he mareado.— Explica y apoya sus brazos sobre sus piernas y luego sujeta su rostro con sus manos mirando hacia el suelo.
—Te has levantado muy rápido.