Bardas y Adara se mudaron en cuanto pudieron a sus nuevas tierras; en la que eran bienvenidos tantos lobos blancos, grises, marrones y negros. No existía ningún tipo de exclusividad, todos serian tratados como igual.
Y la pareja tuvo existo, puesto que poco de haber llegado a sus tierras fueron recibiendo a lobos rezagados de otras manadas, y con su ayuda ellos construirían una manada fuerte.
Los recién casados quisieron esperar para concebir a su primer cachorro, primero se enfocarían en hacer crecer la manada y luego en agrandar a la familia. Tenía mucho trabajo por delante, por los momentos fortalecer a la manada era su prioridad.
Bardas nombro la manada con el apodo que utilizaba para su esposa, dejando maravillada a su amada. Mi luna seria el nombre que llevaría su manada.
—Serás un gran líder—le dice Adara a su esposo mientras envolvía sus piernas con la de él.
—Y tú una gran reina, mi luna —la abraza con fuerza.
[…]
Deisy daba órdenes a sus hombres para la construcción de