En el silencio de la sala de estar, se podía escuchar hasta la caída de un alfiler, el mafioso Estadounidense, Donovan, apretó los puños molesto, parecía ser solo un mueble más a los ojos del imponente y peligroso mafioso griego, alguien insignificante, pero no sé dejaría vencer tan fácilmente
.- ¿Qué has dicho? ¿acaso no me escuchaste, Dante? ¡estoy en una relación con Donovan, no puedes simplemente llegar y sentirte dueño del bebé y de mí!
Dante fingió no escucharla, estaba concentrado en hacerle cariños a su hijo, quién por cierto ya se estaba poniendo inquieto, estaba mojado y necesitaba un cambio de pañal
Dante, dame a Alessandro, subiré a cambiarlo, si se siente mojado comienza a llorar, además ya casi es hora de su comida, no te quiero contar el berrinche que hace si lo hago esperar
Perfecto, subamos pues, quiero ser yo quién lo cambie, mi hijo y yo necesitamos ponernos al día y familiarizarnos, ¿verdad, bebé? tú y yo estaremos separados nunca más
Las palabras del mafioso grieg