El guardaespaldas sacó su móvil y marcó a su jefe. No tuvo respuesta inmediata, pero siguió insistiendo, llamando a súbditos que le rodearan, a B.J o a Jaya y notificando en la central de seguridad del edificio lo que estaba pasando.
—Este es su nombre, ¿correcto?
La enfermera no había notado hast