"¡Nunca te culpes por lo que no dependía solo de ti!"

• REGLA No. 4 •

Todavía reflexionando sobre mi ira hacia el viejo bastardo, siento un ligero agarre en mi mano.

— Desafortunadamente, tengo que estar de acuerdo contigo, ¿quién vendería a su hija si no la odiara, verdad? — con tristeza, se desahoga —Pero yo sé que mi Domenico...

Oírla referirse a mí como "tu" me hizo Perdí el conocimiento y sin pensarlo uní nuestros labios en un beso que no fue el mejor.

— ¡Para! ... — jadeando, me empuja — Yo..., ¡no hagas esto más!

Levantándose rápidamente, se sienta frente a mí con los dedos sobre los labios.

— Lo siento, es solo que... ¡Mia bella, perdóname, prometo no volver a pasar la señal! — Estaba nervioso porque te retiraste