Christian Morgan
Me siento entre la espada y la pared, pasan las horas de la tarde rápido, cuando quisiera que el tiempo se detuviese para buscarle una solución a mi problema.
Estoy en las manos de Elizabeth, su ella quisiera me envía a la cárcel por fraude, no se me ocurre nada, me voy del grupo a las cinco de la tarde, y me meto a un bar cuando apenas el personal está limpiando para abrir en la noche.
—Señor aun no abrimos. — Me dice la chica de mantenimiento, limpiando la barra.
—Dame una botella de whiskies, del más caro y tomas tu propina. — Le digo entregándole tres billetes de cien.
—La chica de inmediato asiente, toma el dinero en el delantal y coloca una botella, de licor frente a mí, con un vaso, lo destapa y me sirve, necesito relajarme para poder pensar con claridad, mi próximo movimiento.
— La miro de arriba abajo y no está nada mal, ¿Cuánto me cobras para acostarte conmigo?— Pregunto, tomandome un trago.
—No soy una prostituta. — Me responde entre dientes, apretando con f