Andrew apretó su mano para confortarla, pero era más que evidente que Valeria estaba sin sombra.
—Entonces ve con él —la animó—. Yo estoy bien y me están cuidando bien. Ve.
Valeria le dio las gracias y salió disparada hacia la sala de espera, donde ya Layla daba vueltas como una leona.
—¿Alguna n