Aaron apretó los dientes y forzó una sonrisa. ¡Joder con la cara que tenía el King para decirle que era una niña dócil! ¡O Nahia lo tenía muy engañado o James quería ensartarle aquella mentira sin vaselina!
—Le agradezco, señor —dijo.
—Entonces queda contratado, señor Orlenko.
—Solo Aaron, por fa