Capítulo 41. Los planes de escape de Ady.
La celda de Ady era un espacio sombrío, pero su mente estaba más oscura aún. Desde que su intento de reducir la condena había sido frustrado por Fabio, había comenzado a planear algo más audaz. No iba a pasar el resto de su vida encerrada entre esas paredes.
No.
Ella no era una criminal. No se veía a sí misma como una delincuente común. Creía que había sido víctima de un sistema corrupto, porque lo ocurrido con Sasha era solo un accidente, y la traición de su propia familia y, sobre todo, de la existencia de Belinda Bernal.
No iba a dejar que esa maldita mujer ganara.
Observó, escuchó, analizó. La cárcel tenía su propio ecosistema, su propia ley, y Ady había aprendido a moverse en él con la destreza de un depredador. La primera semana tras su condena fue un infierno: insultos, empujones, miradas desafiantes que le dejaban claro que allí no era nadie.
Pero ella no estaba dispuesta a seguir en el fondo de la cadena alimenticia. Sabía que, si quería tener algún tipo de poder, debía gana