Cecilia

Llegando al centro de Cozumel me baje en la esquina donde vendían hamburguesas y tortas, muy ricas por cierto porque el hambre ya me andaba apurando, el aroma hizo que Ivana se despertara también.

— ¿Quieres algo de cenar?

—Una hamburguesa con papas y refresco.

«Enojada contigo pero no con la comida»

«Si ya sabes cómo es, para que le haces caso»

«Se verán cosas peores dice la Biblia»

«Es mi hija y no pienso dejarla sin que coma algo, es una pequeña que está en crecimiento y que necesita de una buena alimentación para que crezca sin problemas»

«No sabía que las hamburguesas y las papas eran comida “saludable”»

« ¡Ah como chilla la niña!»

Conozco a mi hija y por muy enojada que esta nunca diría que no a la comida, mucho menos si es comida rápida. Eso sí puedo decir que lo saco de mi orgullosamente, la comida es sagrada.

Nos colocamos en unas de las mesas más cercanas a la puerta para poder estar alerta si alguien llegaba a buscarnos. Un celular empezó a sonar lo que me hizo asus