— No soy de mal humor. — dijo el Alfa, rozando sus labios con los míos.
— Hay muchas criaturas que estarían en desacuerdo con eso. — reí relajada. — Solo, piénsalo, prométemelo.
Rodando los ojos, él tomó impacientemente mis labios, mordiéndolos mientras sus manos exploraban mi cuerpo con avidez.
— Si mi sed de sangre está bajo control, entonces puedo considerar la situación. — dijo él, sonriendo de manera sombría, acercando su frente a la mía. — Ahora vete, antes de que te devore.
— ¿Es una promesa? - provoqué de manera seductora.
— Aaa Sophie… — Gruñó el Lycan de manera predadora, lo detuve con la mano en su pecho. — ¿No te enseñé que no se provoca a un Alfa?
— Parece que soy terca y propensa a cometer errores. — bromeé, haciendo que él sonriera de lado. — Ahora, tengo que ir antes de que noten que desaparecí toda la noche.
El Alfa asintió, observándome transformarme y partir. Sentí sus ojos siguiéndome como un halcón en vigilia, y mi pecho se calentó con la sensación de protección q