* * * 14. JUEGOS PELIGROSOS * * *
Dagger detuvo el auto en un campo vacío y olvidado, adentrándose en medio de largos pastizales que cubrían hasta la mitad de las ventanas.
Apagó el motor junto a las luces y se apoyó en el espaldar de su silla para observarme.
— Y bien... — comencé, encontrándonos apenas iluminados por la poca luz que una farola no muy lejana proporcionaba — ¿Me trajiste aquí para asesinarme con estilo?
— ¿Con estilo?—cuestionó este levantando una ceja, a lo que me encogí de hombros.
— Ya sabes, un taxi viejo, un campo olvidado, una chica sola, nadie lo suficientemente cerca como para escuchar sus gritos.
Esbozó una sonrisa ladeada, mordiendo su pulgar ente sus dientes.
— ¿Qué tipo de gritos?