Tome firmemente el bisturí y empece a abrir la piel de Paula haciéndola gruñir de dolor, me pasaron las pinzas eléctricas, escuchando como su pulso disminuía.
— Ah no, no te vas a morir sin haber sufrido al menos un poco— pedí la descarga mínima, puse las pinzas en su corazón, la sangre le caía al piso y a mi no me importaba ensuciarme, cada vez subía mas la intencionalidad de la corriente eléctrica arrancándole gritos de agonía.
Una vez que me aburrí le pegue las pinzas a la cabeza y pedí la máxima potencia, literalmente le freiríamos el cerebro, los guerreros la descolgaron del muro, mire a Marcus que lloraba en silencio.
— Ay ya deja el drama que nadie te creería tus lagrimas falsas, llorarías de verdad si vieras como Lorcan va a torturar a Natalia, a ella si le espera un maldito infierno— él me gruñe mientras sus lágrimas siguen saliendo de sus ojos.
— Tu no sabes lo que mi prima significaba para mi, así que no puedes decir que mis lagrimas son falsas y si tu hermano le toca un so