Alma
Tomo un taxi, la verdad no se la dirección, pero solo pido me llevé a la casa que está cerca de la aldea del norte.
— Señora quiere ir a la casa del Alafa.—
— Si por favor.— le digo al taxista .
— De inmediato.— tengo la carta, no quiero llegar con ella, la doblo y la guardo en uno de los bolsillos, él deberá explicarme por qué firmo esos papeles
Al llegar bajo despertada del taxi entro a la casa y veo a Mía abro mis brazos para tomarla mientras ella corre hacia mí.
—¡Mami!— la tomo y me coloco de rodillas para así poder apretarla fuerte contra mí.
—¡Mi será que alegría!—dice Nana acercándose.
— Nana afuera está el taxista esperando por su paga, podrías por favor ...—ella muy atenta va hacia afuera para encargarse de eso.
— ¿Mía dónde está papá?—ella sale de mis brazos.
— Dijo que debía salir al doctor.—la miro, la tomo en mis brazos y camino con ella hacia el sillón.
—¿Ya cueste a los niños mami?— ella me recuerda mi mentira.
— Si, pero seguro tendré que hacerlo recuerda que es