Alberto
Miró fijamente hacia el techo y se me viene la imagen de Monserrat, tanto que dejó salir una sonrisa «hay Montse, pronto caerás rendida a mis pies» está mañana cuando la vi contorneando sus caderas hacia el elevador algo dentro de mí creció y quiso tenerla cerca de mí, pero es tan testaruda que todo lo que le digo lo toma a mal, tanto que cada vez que hablamos rueda los ojos, causándome gracia pues definitivamente es hermosa, “hay Monserrat que me estás haciendo” bueno por ahora será mejor llamar a Santiago y que vaya alistando varios ceros a la derecha pues ya que Monserrat regreso no hay nada ni nadie que impida que sea mi esposa.
Voy a disfrutar la cara de Santiago cuando le diga que me caso en dos semanas, seguro que voy a tener mi celular listo para grabar su cara de desilusión por haber perdido cinco millones de dólares, me levanto de la cama y voy hasta mi minibar donde me sirvo un vaso de coñac, hoy fue un día bastante complicado, por un lado tuve una discusión con Pab