Zayn guardó silencio unos instantes analizando la actitud de su empleada. ¿Por qué había tomado esa postura? Ella siempre resultaba calmada y modulaba su tono de voz; podía hablarle de modo amenazante y también ser sarcástica, pero jamás quedaba a un paso de gritar. Ni siquiera cuando la despertó abruptamente ella fue capaz de tener esa reacción.
Afrodita sintió que cometió un error tan pronto como recapacitó y estuvo lista para irse, pero Zayn no estuvo de acuerdo.
Cuando tomó la manilla de la puerta y la abrió mínimamente, Zayn la empujó para cerrarla y puso llave, guardándola en su bolsillo.
-¿Qué quieres ahora? ¿Vas a seguir cuestionándome sobre la aberración que significa una mujer sin pinzas?- Se sentía fastidiada
-No. No haré eso. No eres pareja sexual mía para cuestionar tus gustos- Ella hizo una mueca de asco
-Ni que estuviera enferma. ¿Quieres que acabe vomitando?- El se mantuvo serio aún pensando en lo que ella le había dicho minutos atrás
-¿Tuviste una mala y dolorosa ex