Así como han sucedido todas las cosas entre los dos, pasa también que estamos en el aeropuerto de Paris, esperando un vuelo rumbo a Los Ángeles. Nunca la he visto tan triste como ahora y no tengo ni idea de que hacer, o que decirle para hacerle sentir mejor. Es claro que nada lo hará, su padre y único familiar ha muerto en un accidente de tránsito junto a la que era su esposa. La abrazo fuertemente mientras esperamos para abordar el avión y ella solo puede llorar mientras me aprieta con todas sus fuerzas.
—Mi amor, no hay nada que te pueda decir que te haga sentir mejor, pero estoy aquí. — Le dejo saber y ella levanta su rostro para mirarme.
Sus ojos están totalmente enrojecidos de tanto llorar —Gracias nene... — Me susurra y vuelve a abrazarme.
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