IVIM: Océano de Ilusiones (Vol.1)ES

Prólogo.En una oscura sala de cine, directores, actores, productores y personalidades importantes del mundo del cine, estaban presentes en la sala, acomodándose en sus asientos vistiendo trajes de gala para la ocasión, ya que esa noche era la importante premier de una esperada película de la cultura popular, los críticos de cine de todas partes del mundo no podían faltar en sus respectivos puestos. La gran pantalla negra de la sala empezó a distorsionarse, y de esta distorsión salió humo dando paso así al nombre de la productora Paravista Studios London. La pantalla volvió a quedar en negro y comenzaron a sonar por los altavoces del cine, un tambor de guerra, que poco a poco se iba convirtiendo en una música de suspenso.—Dicen que cada hombre tiene su propio Infierno —narro una imponente voz masculina, a medida que se iban mostrando tomas desde el cielo de

Capítulo III: Hammdread: El Amanecer [Parte III]. Phil volteo y vio a su madre y le dijo: —Es Mishka —Phil le quito los seguros a la puerta y la abrió. Al abrirlo vieron a una joven mujer morena piel canela, de medio oriente, con su cabello tapado con un hiyab, rostro y cuerpo muy bonitos como si fuese una escultura, sus ojos eran color ámbar, y sus labios carnosos, la mujer llevaba un largo y gris vestido árabe muy conservador que le llegaba más abajo de los tobillos, tenia largas mangas que cubrían por completo sus brazos, pero esta bella mujer tenía un notable detalle, tenía un maquillado morete en el ojo izquierdo, y el labio partido. —Buenos dias —dijo la mujer llamada Mishka amablemente con su asentó árabe y voz suave—discúlpenme por molestarlos tan temprano. —Buen día, no, no se preocupe —respondió Phil amablemente—pase adelante. —No, gracias —respondió Mishka resignada y mirando hacia el final del pasillo con p

Capítulo V: Hammdread: Despertar en el Infierno.El indigente comenzó a reír, pero no de una forma normal, su risa era más grave y amorfa, esta se distorsionaba con cada carcajada asemejándose cada vez más a la risa de un ser demoniaco. Phil retrocedió boquiabierto, a medida que el indigente se reía el cielo empezó a tornarse nocturno, el ambiente comenzó a tornarse pesado, intensas brisas de aire caliente comenzaron a sacudir el lugar dejando un olor a basura quemada y azufre, el lugar comenzó a tornarse tan intenso y caliente que Phil no tardo en comenzar a sudar, y sus ojos no pararon de aguarse debido a la intensa temperatura.—¿Qué pasa Phil tienes miedo? —Pregunto el indigente entre risas demoniacas, este comenzó a quitarse el gorro que le tapaba la frente mostrando un par de pequeños bultos en la frente.—¿Qu&e

Capítulo VII: Hammdread: Desatado.Phil ya tenía la vestimenta puesta, ahora solo tenía que prepararse para la guerra que estaba a punto de desatar, se acerco a una mesa donde estaba la bolsa con la que había llegado al sitio, de dentro de este, saco un estuche lleno de inyectadoras llenas con líquido rojo.—Tengo que mantenerme en esta realidad —dijo Phil mientras que con uno de sus cuchillos medio corto la manga del área de los codos, para dejar expuesta las venas.Luego tomo la inyectadora y procedió a inyectarse. Al instante que el líquido paso por su vena, Phil se sintió repotenciado, y su mente comenzó a volar a mil kilómetros por hora.—No te parece algo extraño.Rápidamente Phil miro hacia los lados sin poder ver de dónde salía esa voz.—Un laboratorio de drogas con tan poca protecció

Capítulo IX: Hammdread: La masacre [Parte I]Por una extensa carretera rodeada por un  gran bosque, pasaba un Dodge Charger RT 1970 color negro, este vehículo, estaba blindado como un tanque, tenía rines negros, tubos de escape flameantes, en el capo tenia cañones de ametralladora. El vehículo atravesaba la carretera  a máxima velocidad como si de un vehículo de fórmula uno se tratase. Dentro del vehículo iba Valdias con todo el traje de Hammdread puesto, en el asiento de acompañante iba Mónica, disfrazada con un ajustado traje de látex negro y un antifaz negro.—¿Llevabas el traje en tu auto? —Pregunto Valdias mirándola de reojo.—Sí. —Respondió Mónica con simpleza—sabia que querrías ir a Lincoln.Valdias le metió nitro al vehículo, atravesando el camino tan r&