Cuando Samuel vio llegar a su otro hijo, respiro aliviado, y solo después de escucharlo, la piedra en su corazón cayo.

Iván escucho las palabras de su hermano y simplemente se levantó y se fue diciendo: “hagan lo que quieran, además yo no le pedí que se arrodillara, simplemente le pedí explicaciones”, y recordando algo, volvió la cara y nuevamente hablo: “espero que me expliques detalladamente tus putas fallas del día de hoy, claro después de que me calme”.

La tranquilidad de Samuel volvió a desaparecer después de escuchar a Iván, pero en ese momento, Javier Trento, su otro hijo se acercó y dijo: “tranquilo, aunque sea despiadado, no se atrevería a hacerte daño, ya que no quiere estar en malos términos conmigo”.

Samuel asintió y agradeció: “muchas gracias hijo”.

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