CAP 2 AMANTE

Katty se acercó dándole un abrazo de bienvenida al hombre que era la sombra de su amiga. “Hola Javier”.

Después de los saludos, salieron abrazadas del aeropuerto, Maggie no dejaba de parlotear sobre las situaciones que pasaron en el avión, mientras Javier las seguía cargando todas las cosas de Maggie.

En el camino Maggie le contaba sobre su viaje y todo los lugares que conoció, ella era cantante y actriz, estuvo fuera de la ciudad por mucho tiempo rodando una película y en una gira, fue una oportunidad increíble y tuvo que irse al día siguiente de la boda de Katty, pocas veces hablaron y su amiga siempre decía estar bien, pero en el fondo Maggie sabía que algo pasaba. La voz de Katty era triste la conocía de años.

Llegaron al departamento, Maggie y Katty entraron a la sala, mientras Javier dejaba las maletas y bolso de Maggie en el recibidor, al terminar sonrió despidiéndose. “Estaré en mi departamento si necesitan algo”. Conocía completamente el carácter de su jefa y estaba acostumbrado a todos sus berrinches y desplantes.

Maggie rodó los ojos. “Ok, ok, ya vete”. Cerró la puerta después de sacarlo del departamento rápidamente.

Javier al sentir el portazo en la cara solo suspiró y caminó hasta la otra puerta en el mismo piso, era el lugar donde se quedaba para estar al pendiente de Maggie. 

Maggie tomó la mano de su amiga arrastrándola al sillón quedando una frente a la otra.

Con una mirada seria preguntó. “Ahora sí, dime ¿Qué pasa?”.

Katty sonrió tristemente y mirando fijamente a su amiga le empezó a contar. “Aníbal… Tiene una amante”.

Maggie no podía creerlo. “¿Qué? ¡Una amante!”.

Katty afirmó con una gran cara triste.

…………………….

Hace algunas semanas…

Katty fue de compras a un centro comercial, deambuló por el gran lugar buscando una corbata nueva para su padre y de paso recoger el regalo para Aníbal, pronto sería su segundo aniversario.

Habían tenido discusiones y malos entendidos quería hacer algo especial para él y poder limar asperezas, el empleado de la joyería le entregó unas hermosas mancuernillas de plata con diamantes incrustados, costaban una fortuna, Katty las diseñó ella misma y pidió al joyero realizarlas, estaba feliz porque eran exactamente como ella las quería. “Gracias”. Expresó saliendo del lugar. Ya las había liquidado hace semanas.

Cerro la caja y las guardó en su bolso como un gran tesoro, caminó hasta una tienda de ropa de hombres de alta calidad, quería comprar una corbata para el traje que su padre usaría en un evento. Acarició una en color azul marino y pequeños puntos blancos, era muy suave y sedosa. Le gustó mucho y la tomó para pagarla, ya en la caja entregó su tarjeta, la empleada escuchó el pitido de la máquina y le murmuró a Katty. “Lo siento, su tarjeta por alguna razón no pasa”.

Katty frunció el ceño. “Debe haber algún error”.  Después de que la empleada la paso varias veces, busco otra en su cartera y está también fue declinada.

La empleada negó. “Esta tampoco la acepta”. Katty con gran vergüenza tomó la tarjeta y pagó las cosas en efectivo. Salió de la tienda rumbo a la oficina donde su esposo trabajaba. Era muy extraño, las tarjetas eran de la empresa y nunca antes había tenido problema.

Su teléfono sonó, era su padre. “Querida".

“Hola Papá". Ella caminaba a la salida.

“Hija, necesito hablar con Aníbal, pero no puedo comunicarme con él".

Katty frunció el ceño. "¿Pasa algo?".

El hombre la tranquilizó. “Solo unos detalles sobre el nuevo producto”.

Katty reviso la hora. “Iré a la empresa papá y le diré que te llame”.

“Gracias hija, cuídate”.

Katty colgó el teléfono y condujo hasta la empresa, ya ahí, entró saludando a la mujer de recepción, ella inmediatamente le dio un pase y la dejó entrar, adulándola todo el tiempo, era de la familia Alcántara. Conocían bien a Katty, era la portavoz.

Subió al elevador saludando a algunas personas conocidas, cuando era más chica se la pasaba corriendo por los pasillos de la empresa junto a su padre.

Salió del elevador en el piso principal donde estaba presidencia, la secretaria no estaba en su lugar y caminó directo a la oficina, la puerta estaba entreabierta.

Ella abrió lentamente para no molestar a su esposo por si estaba ocupado, pero la imagen que encontró le dio un golpe duro al corazón.

 Aníbal y la secretaria estaban teniendo sexo. Ella estaba encima de él en la silla de presidencia detrás del escritorio, la mujer estaba desnuda de la parte superior y se besaba con Aníbal.

Katty no podía creerlo, camino hasta ellos. “Aníbal…” Susurro con voz quebrada.

La pareja miró a la chica de pie en el centro de la oficina. La secretaria no se levantó, solo miro a Katty de forma burlona.

Aníbal por su parte solo levantó la vista encontrándose con la mirada de Katty, sus hermosos ojos azules eran vidriosos, ella estaba conteniendo las ganas de llorar.

Aníbal no llevaba saco y la camisa blanca estaba abierta del pecho.

Katty respiro hondo tranquilizando su pobre corazón. “¿Qué haces?”.

Aníbal solo suspiro con desprecio.

Miró a su secretaria y le habló amablemente. “Regresa a tu lugar. Más tarde alístate para salir”. La mujer sonrió afirmando, se levantó desnuda y empezó a vestirse sin dejar de mostrar una mirada altanera a Katty.

Katty al ver la desvergüenza de la mujer giró su rostro a un lado con mucho disgusto.

La mujer terminó de vestirse frente a Katty y salió con una gran sonrisa meneando su cadera y resonando sus tacones.

Katty seguía de pie en el mismo lugar esperando a que Aníbal dijera algo, pero él solo acomodo su ropa torciendo su cabeza de un lado a otro sin dejar de mirarla.

“Aníbal. ¿Quieres explicarme?”. Se cansó de su silencio, quería respuestas. 

Aníbal contestó sin importancia. “No”. Se recargó en la silla moviéndose de un lado a otro.

Ella estaba confundida, no era la forma en que esperaba que él reaccionara.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo