I Want You Here.
(Aidan).
No podía dejar de tomarla, una y otra vez, mientras la escuchaba gemir con cada cosa que le hacía. Ella no se quejaba como hubiese echo cualquier otra chica de la ciudad, ella se dejaba hacer, se dejaba desear, y me correspondía de la misma forma.
No quería pensar en la realidad, me negaba a creer que fuese cierto, ella iba a marcharse en unas pocas horas, volvería a su país, junto a aquel capullo, ese que sospechaba que la había dañado.
Le detestaba, y no sabía bien si lo hacía por el daño que le había causado, o si quizás era por tener su corazón.