—Pandora, no es sano que pases casi todo el tiempo del día aquí, en el paraíso. Deberías ir con los demás en Gilius.
Los años pasaban luego de la desaparición de Dante y Pandora no podía aceptar que él ya no estuviera a su lado, le hacía demasiada falta y ella no sabía el por qué. Al inicio se planteaba que aceptar la vida de alguien como él sería la peor idea, pero esa idea se descartó y se sintió agradecida de haberlo hecho. Porque sólo con él se sentía bien, sólo él lograba comprenderla y quererla. Sin importarle que ella fuera la Ángel de la Vida. Siempre la trataba por cómo era, no por quién era y eso le encantaba.
—Gracias Carius, pero no quiero.
—Todos comprendemos el enorme afecto que le tienes a tu compañero. Pero ¿crees que le gustaría verte aqu&iac