Maddy
Miro al hombre a mi lado. Nos hemos sumido en un incómodo silencio desde que emprendimos camino hacia nuestra "cita". Él se ha dedicado a estar pendiente a la carretera y yo a mirar por la ventana.
—Entonces... —dice algo inseguro—. Maddy. ¿Te gusta el queso? —Casi me río de su pregunta pero cuando me giro a verlo logro darme cuenta de que lo pregunta en serio.
—Emm, claro. Me gusta.
—Bueno, porque a donde te llevo, casi todo lo sirven con queso.
—Suena bien.
De nuevo silencio. Lo observo otro poco y me decido a entablar una conversación casual.
En el tiempo que duramos en llegar a Brooklyn lo pasamos hablando del clima, sí, porque en la radio decían que el frío aumentaría y que pronto estaría nevando. También hablamos sobre economía y sobre política.
Al entrar al pequeño restaurante el aire cálido nos recibe y debemos sacarnos los abrigos. Tomamos asiento en una mesa para dos, en el centro de la estancia y al segundo llega un mesero a tomar la orden.
Liam me ruega que lo deje p