Capítulo 18

Cala se sentó en el lecho junto a su abuelo y cogió una de sus manos entre las suyas. Llevaba días enfermo, demasiado débil como para levantarse. La habitación que ocupaban los abuelos era la más amplia de la guarida. Tenía, además de su cama un pequeño escritorio y unas estanterías clavadas en la pared terrosa. En el escritorio siempre había velas encendidas, incluso ahora que el abuelo no se levantaba de la cama, y allí tenía una colección de hojas escritas que había ido acumulando a lo largo de su vida. No le era fácil conseguir papel y cuando lo lograban era obligatorio entre los clanes comunicarlo al consejo. Este luego lo repartía entre los más ancianos y estos lo atesoraban y dejaban en herencia a las generaciones siguientes. Aparte, el abuelo se había encargado de esconder en un lugar seguro, que solo los adultos conocían, alguno de los

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo